¿Eres Egoista?
Todos en algún momento hemos escuchado, de algún lado, de alguna persona, «¡No seas egoísta!» «¡Deja de ser egoísta!» «Piensa más en el otro» o «¡comparte, no seas egoísta!» O incluso, muy probablemente son frases que hemos dicho en algún momento.
Imperativamente, son frases que vienen, de aquel que las dice, con un tono de voz de reproche, de molestia, incluso muchas veces pasa a ser parte de un mensaje de rechazo o desprecio hacia la persona que estamos señalando por lo que está haciendo o decidiendo.
Y no es sorprendente, hemos crecido con un concepto de egoísmo que señala que ser de tal forma, es malo. O que las personas egoístas tienden a creerse superiores a los demás, o incluso, esto también tiene que ver con la negatividad que se le da a comportarnos como seres que alguna vez prefieren su individualidad.
Sin embargo, cuando hablamos de Ego, hablamos de acciones que surgen del amor hacia nosotros mismos para protegernos de ciertas heridas. El egoísmo es un acto de amor.
¿Ser egoista es malo?
Y sí, egoísmo es pensar en sí mismo, pero pongo este ejemplo. ¿Qué pasaría si creciera en un entorno en que el mensaje es que ser egoísta es malo? Este mensaje se traduciría a «pensar en mí está mal», «hacer por mi no debe ser», «entregarme amor no se puede». Eventualmente, se empezaría a pensar para y por el otro exclusivamente.
El Egoísmo es pensar en mí, es amarme a mi de alguna manera. Y si me enfoco en el otro, es para que me satisfaga lo que yo debería hacer por mi, a veces caemos en el sacrificio o en la complacencia. Mi foco para con el otro es para que él piense en mí, para que me ame. Y termino volviendome Egocentrista, porque no existe separación entre el otro y yo, no existe la individualidad. Empiezo a depender de la opinión del otro, de lo que el otro haga o decida y cuánto afecta en mi vida.
– Lo que dice Pedrito de Juan dice más de Perrito que de Juan –
Esto muchas veces no se toma de esta forma, sino que lo que dice Pedrito realmente es creíble, es verdadero, y me lo tomo personal. Tal vez porque necesitamos que lo que diga el otro deba ser cargado de amor y aprecio, de aprobación y aceptación. Y cuando no es así, contactamos con heridas y abandono.
Una pregunta para reflexionar: ¿para qué el otro ha querido que no me tome en cuenta? ¿En qué se beneficiaría que pierda mi amor e individualidad?
Incluso si yo he dicho ciertas frases, ¿en qué me beneficiaría señalar al otro que piense más en mí que en él?
El qué dirán...
– Lo que dice Pedrito de Juan dice más de Perrito que de Juan –
Esto muchas veces no se toma de esta forma, sino que lo que dice Pedrito realmente es creíble, es verdadero, y me lo tomo personal. Tal vez porque necesitamos que lo que diga el otro deba ser cargado de amor y aprecio, de aprobación y aceptación. Y cuando no es así, contactamos con heridas y abandono.
Una pregunta para reflexionar: ¿para qué el otro ha querido que no me tome en cuenta? ¿En qué se beneficiaría que pierda mi amor e individualidad?
Incluso si yo he dicho ciertas frases, ¿en qué me beneficiaría señalar al otro que piense más en mí que en él?
Lic. Nivar Martínez
Psicología Clínica